El speed es una de esas drogas que, por cómo se presenta y lo que se suele decir sobre ella, a veces parece menos peligrosa de lo que en realidad es.
Esta se encuentra muy presente en fiestas, en algunos entornos de estudio, en situaciones donde se busca “rendir más” o estar más alerta. De hecho, muchas personas lo usan por la sensación de energía y euforia que da, pero lo que no siempre se tiene en cuenta es el alto precio que paga el cuerpo y la mente.
Hablemos sobre qué es el speed, cuáles son sus efectos en la salud y por qué consumirla aumenta el riesgo de sufrir episodios psicóticos.
¿Qué es el speed y qué le hace al cuerpo y la mente?
El speed, también conocido como anfetamina, es un estimulante potente que afecta al sistema nervioso central. Por lo general, esta suele aparecer en forma de polvo blanco o pastillas, y se consume usualmente por vía oral o nasal.
El principal efecto inmediato que provoca el speed es una gran sensación de energía, alerta y euforia. Sin embargo, los efectos a largo plazo son bastante dañinos.
¿Cómo actúa el speed en el cerebro?
Cuando alguien consume speed, el cerebro recibe una especie de "sobrecarga" de dopamina, norepinefrina y serotonina, que son neurotransmisores clave para la motivación, el placer y el estado de ánimo. Por eso se siente ese subidón de energía y bienestar.
Pero, a pesar de que es una sensación placentera en el momento, dura poco. Con el tiempo, el cuerpo puede acostumbrarse al efecto del speed, así que hace falta más cantidad para notar lo mismo. Y eso, claro, hace que sea mucho más fácil caer en una adicción.
Efectos inmediatos y a largo plazo
A corto plazo, el consumo de speed tiene efectos como:
- Insomnio.
- Pérdida de apetito.
- Aumento de la frecuencia cardíaca.
- Irritabilidad y ansiedad.
- Hiperactividad.
Pero los efectos a largo plazo son mucho más graves. Además de la dependencia, el consumo continuado puede desencadenar:
- Daño neuronal, especialmente en las áreas del cerebro relacionadas con el placer.
- Paranoia y delirios.
- Problemas graves en el sistema cardiovascular.
- Depresión profunda cuando la persona deja de consumir.
- Trastornos emocionales y psicológicos.
Todo esto hace que, con el tiempo, el consumo de speed pase de ser algo que al principio parece inofensivo a convertirse en un riesgo para la salud mental y física.
Speed y psicosis: ¿qué relación hay?
La relación entre el consumo de speed y la psicosis está bien documentada y es importante hablar de ello sin rodeos.
La psicosis es un estado en el que la mente pierde el hilo de la realidad. Quien la vive puede empezar a ver o escuchar cosas que no existen, o convencerse de ideas que no tienen base en el mundo real, pero que siente como absolutamente ciertas.
No es un simple “mal viaje” ni algo que se pasa al dormir. Es uno de los efectos más serios que puede provocar el consumo de speed, y vale la pena entender bien cómo sucede y por qué.
Lo que dicen los estudios
Un estudio a largo plazo publicado en Evidence-Based Mental Health analizó los efectos del consumo de speed durante diez años y encontró que las personas que consumen esta droga tienen cinco veces más probabilidades de sufrir psicosis.
Es importante aclarar que este estudio no establece una relación directa de causa y efecto, pero los datos sugieren que el consumo de speed puede inducir o agravar síntomas psicóticos, incluso en personas que no tienen antecedentes psiquiátricos.
El riesgo no solo es mayor entre quienes ya tienen alguna predisposición a trastornos mentales, sino también entre personas que consumen la droga de forma habitual, sin importar su historial médico previo.
Los grupos con mayor riesgo fueron especialmente las mujeres y aquellos que ya habían sido detenidos varias veces por posesión de la droga. En todos los casos, los episodios psicóticos suelen ser un efecto grave que puede interferir en la vida diaria de quien lo experimenta.
¿Qué síntomas psicóticos pueden aparecer?
Cuando alguien desarrolla psicosis por el consumo de speed, los síntomas más comunes son:
- Paranoia: sentir que alguien te persigue o te quiere hacer daño.
- Alucinaciones: ver o escuchar cosas que no están ahí.
- Delirios: tener creencias erróneas o desconectadas de la realidad, como pensar que se tiene poder sobre situaciones que no es posible controlar.
- Confusión y desorganización mental.
Estos episodios pueden ser muy perturbadores y, en muchos casos, son tan intensos que se necesita atención médica urgente. Además, los efectos no siempre desaparecen cuando el consumo de la droga cesa. Muchas veces, las secuelas pueden perdurar durante semanas o incluso meses.
¿Qué hacer si el speed me está enganchando?
Si sientes que el speed está tomando demasiado espacio en tu vida, aquí compartimos algunos pasos prácticos que pueden ayudarte:
Honestidad ante todo
Para darse cuenta hay que observar y dar prioridad a la sinceridad. Algunos signos que indican que el consumo de speed se está volviendo un problema son:
- Necesitar consumirlo para poder funcionar en el día a día.
- Cambiar tu comportamiento o tus relaciones para poder consumir sin que los demás lo noten.
- Sentir ansiedad, irritabilidad o tristeza al no consumir.
- Haber intentado dejarlo varias veces sin poder lograrlo.
Conversar sobre el tema con alguien más
Hablar con una persona de confianza es súper importante. Puede ser un amigo o un familiar. Y, sí, sabemos que decir lo que te pasa no siempre es fácil, pero compartirlo te puede aliviar y permitir que veas la situación desde otro ángulo.
Acudir a los profesionales
Si el consumo ya está interfiriendo gravemente con tu vida, es hora de consultar con un profesional. Existen terapeutas y médicos especializados en adicciones que pueden guiarte en el proceso. En muchos casos, el tratamiento combina varios enfoques para trabajar tanto lo emocional como lo físico. No se trata solo de dejar la sustancia, sino también de entender lo que hay detrás y aprender a estar bien sin ella.
Es importante tomar en cuenta que es posible que experimentes síntomas de abstinencia (como cansancio extremo, ansiedad, insomnio y cambios de humor), por lo que es fundamental contar con la ayuda adecuada durante este proceso.
Cuidar de ti en todo sentido
No solo es importante tratar el consumo de la droga, sino también cuidar de tu cuerpo. La salud física es clave para la recuperación. Intenta dormir bien, alimentarte de forma equilibrada, hacer ejercicio y evitar situaciones que te lleven a consumir.
Además, el apoyo psicológico es esencial. La terapia, el autocuidado y un entorno de apoyo pueden ayudarte un montón para salir adelante.
Reflexionar sobre las razones del consumo
El speed no es solo una sustancia; muchas veces está vinculado a situaciones emocionales, sociales o personales. Reflexionar sobre por qué lo consumes te ayudará a entender qué función cumple en tu vida.
Y, no, no se trata de justificar el consumo, sino de encontrar alternativas saludables para lidiar con lo que hay detrás de esa necesidad.

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Centro de tratamiento psicológico
Entonces, ¿qué debemos recordar? En primer lugar, que el speed no es una droga “suave” ni inofensiva, y sus efectos pueden ser muy destructivos. En segundo lugar, que la relación entre el consumo de esta sustancia y la aparición de episodios psicóticos es bien conocida, y es algo que no debe tomarse como si nada-
Así que, si sientes que el consumo de speed te está haciendo dependiente, es importantísimo actuar a tiempo. Recuerda que siempre hay ayuda disponible y cientas de nuevas oportunidades para ti.


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