Así es como los bebés aprenden a percibir su propio cuerpo

Esto es lo que la ciencia revela sobre cómo los bebés perciben sus sensaciones corporales.

Así es como los bebés aprenden a percibir su propio cuerpo
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Quizá nunca te habías planteado cómo llegamos a sentir todas las cosas que pasan en nuestro cuerpo, pero es un tema fascinante. ¿En qué momento empieza la consciencia sobre nuestro cuerpo? ¿Podemos percibirlo todo desde que nacemos o se va desarrollando la propia percepción con el tiempo? ¿Afecta todo esto de algún modo a quienes somos posteriormente?

Todas estas preguntas se responderán a lo largo de este artículo. Analizamos detalladamente qué pasa en los primeros meses de vida y en los que le siguen en base a los últimos descubrimientos científicos. También exploramos qué impacto tiene la percepción corporal en el desarrollo general de las criaturas.

¿Cómo y cuándo empiezan a percibir su cuerpo los bebés?

Desde el momento del nacimiento, los bebés ya disponen de una forma muy básica de percepción corporal. Hay estudios que han observado que los bebés pueden detectar cuando hay sincronía entre estímulos visuales y estímulos táctiles en su cuerpo.

Muchos autores defienden la idea de que llegamos al mundo con la capacidad de diferenciar nuestro cuerpo del entorno, aunque sea de forma primitiva. Es cierto que este sentido se va desarrollando y perfeccionando con el paso del tiempo y se ve influenciado por diversos factores.

Los estudios más recientes señalan que a los tres meses de edad las criaturas ya pueden percibir determinadas señales internas, como por ejemplo su propio latido del corazón. Además, estas revelaciones plantean también que durante el segundo año de vida también mejora considerablemente la percepción que tienen sobre su propia respiración. Curiosamente, ambos procesos perceptivos no están correlacionados, sino que son independientes.

¿Cómo se integran los sentidos exteroceptivos?

Desde incluso antes de nacer, los bebés ya reciben información y pueden procesar algunos estímulos del entorno. Sin embargo, no nacemos con todos los sentidos exteroceptivos (los que nos dan información sobre lo que pasa fuera de nuestro cuerpo, en nuestro alrededor) desarrollados de la misma forma.

Los fetos, en el útero materno, pueden escuchar determinados estímulos, especialmente la voz materna, a partir de, aproximadamente, las semanas 20-24. Nacemos con el oído completamente desarrollado y nuestro cerebro procesa los estímulos que nos llegan por esta vía.

Algo similar sucede con el olfato, que también se desarrolla por completo en el vientre materno. Al llegar al mundo exterior, el olfato del bebé es especialmente sensible puesto que le ayuda a reconocer con facilidad a la madre. El gusto, que va muy ligado al olfato, también empieza a desarrollarse en el vientre y pueden distinguir ciertos sabores al nacer.

El tacto será, junto con el olfato, el sentido más importante para un recién nacido. La piel de un bebé es muy delicada y la información táctil que le llega le permite comunicarse y empezar a conocer el mundo exterior. Además, es la vía mediante la que se irá fortaleciendo el vínculo con la madre.

Por último, la vista de un recién nacido no está muy desarrollada. De hecho, en realidad es el cerebro el que todavía no está preparado para integrar toda la información que sus ojos pueden percibir. Este sentido se va desarrollando a lo largo de los meses posteriores al nacimiento.

Toda la información que llega mediante los sentidos exteroceptivos es de gran ayuda en el desarrollo de la propiocepción (la percepción del propio organismo). Poco a poco, el cerebro de la criatura va creando el mapa de su propio cuerpo y se va situando en el entorno.

¿Qué sucede en los meses posteriores al nacimiento?

Antes de los nueves meses de vida, los bebés creen que son una extensión del cuerpo de la madre debido al proceso de fusión que existe con ella, también conocido como exterogestación. Una vez este finaliza, empieza a desarrollar la atención conjunta y esto le permite empezar a sentirse percibido por otras personas.

Como decíamos anteriormente, entre el primer y el segundo año de vida empiezan a tener una mayor percepción de su propia respiración. Alrededor del año y medio es cuando comienzan a identificar su propia imagen delante de un espejo. Esto es una clara señal de que la consciencia sobre sí mismos es cada vez más profunda.

Esta identificación va de la mano con el hecho de sentirse un individuo diferenciado de otros y es cuando se inicia, por ejemplo, el uso del pronombre “yo”. Será un poco más tarde, alrededor de los dos años, cuando puedan empezar a reconocer e identificar partes específicas de su cuerpo puesto que su esquema corporal se va consolidando cada vez más.

¿Qué impacto tiene la percepción corporal en el resto del desarrollo?

La percepción del propio cuerpo, a pesar de que puede no parecerlo, tiene un fuerte impacto en otras áreas del desarrollo de los niños y las niñas. A niveles más básicos, la propiocepción es necesaria para el movimiento, así como para el desarrollo físico y la exploración.

A niveles más profundos, la conciencia corporal está relacionada tanto con la salud mental como emocional de las personas. Cuando los bebés son atendidos de forma sensible, es decir, cuando sus cuidadores satisfacen sus necesidades (hambre, sueño, contacto físico, etc.) se genera una sensación de seguridad interna y confianza.

De esta forma, la criatura se va familiarizando con sus sensaciones internas y, a la vez, va entendiendo qué quieren decir. Además, si los cuidadores son sensibles, regulan al bebé cuando lo necesita y, de esta forma, el bebé aprende a regularse. Esto será crucial para su desarrollo individual, pero también a nivel social.

En otras palabras, las criaturas que integran de forma óptima su percepción corporal, tienen una mejor autoconsciencia, regulación emocional, sentido de identidad y empatía.

Por último, es necesario mencionar que la percepción del propio cuerpo no es algo que se construya únicamente mediante los sentidos. Inevitablemente, hay un componente social muy importante también. Durante nuestro crecimiento, aprendemos a mirarnos a partir de la mirada del otro. Es importante tener esto en cuenta porque tiene un impacto muy fuerte en el desarrollo general y en ocasiones es positivo, pero en otras no lo es en absoluto.

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Nerea Moreno. (2025, abril 23). Así es como los bebés aprenden a percibir su propio cuerpo. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/desarrollo/como-bebes-aprenden-a-percibir-su-propio-cuerpo

Psicóloga

Nerea Moreno es graduada en psicología, con mención en psicología clínica, por la Universidad de Barcelona. Cursó el Máster en Psicología General Sanitaria con la Universidad Autónoma de Barcelona. Posteriormente, se formó como experta en psicología de las emergencias y catástrofes. Tanto esta formación como la experiencia laboral en el campo, supusieron para Nerea el descubrimiento de un nuevo mundo: el trauma. Desde entonces, trabaja desde un enfoque integrador y no ha parado de formarse en trauma, sistema nervioso, apego, duelo y emociones.

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