Vivimos en una sociedad que valora la estabilidad material, el éxito y la productividad. Hay muchas personas que se desempeñan en trabajos que les brindan seguridad, pero que no les llenan del todo. A veces, sienten un vacío, una desconexión con lo que realmente desean hacer, pero siguen adelante porque el miedo a lo desconocido, la costumbre, y la necesidad de solvencia no se lo permiten.
Esto está relacionado, íntimamente, a la realidad de que nos hemos acostumbrado a vivir en piloto automático, a veces tan enfocados en lo que tenemos que hacer, que olvidamos preguntarnos: ¿esto realmente resuena conmigo? Y luego sentimos como si algo no encajara del todo. Todo parece estar “bien” desde afuera, pero por dentro hay una especie de eco —una sensación sutil de desconexión, de estar lejos de uno mismo.
En consecuencia de lo anterior, es completamente normal experimentar la sensación de que algo no está bien. Y no hay nada de malo en reconocer que algo falta, que hay un anhelo profundo dentro de ti que aún no ha encontrado su lugar. Es un llamado. Un susurro interno que te dice que es el momento de parar, respirar y volver a conectar con lo que realmente te mueve.
La desconexión entre trabajo y propósito: un llamado a la autocomprensión
Es fácil perderse en la rutina diaria, en la presión de cumplir con nuestras responsabilidades. Pero cuando esa sensación de desconexión se presenta, es importante no verlo como un fracaso, sino como una invitación a algo más grande. El trabajo no es solo un medio para ganarse la vida. Es una extensión de quiénes somos, de lo que somos capaces de ofrecer al mundo. Cuando nos sentimos desconectados de esa verdad, algo dentro de nosotros comienza a desajustarse, y nos quedamos con la sensación de que hay algo más allá, esperando ser descubierto.
Recuerda que no estás solo en esta experiencia. La desconexión no significa que hayas tomado el camino equivocado. Al contrario, es el inicio de un proceso de redescubrimiento. Si estás sintiendo esa incomodidad, ese vacío, es porque dentro de ti hay una parte que sabe que es posible algo diferente. Tal vez no tienes todas las respuestas ahora, pero eso está bien. El viaje hacia el propósito no es lineal, ni tiene que ser urgente.
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El propósito no es un objetivo lejano, es algo que reside en ti
Es normal sentir que el propósito está lejos, que es algo que pertenece a otros, a los “afortunados” que lo han encontrado de manera clara y sencilla. Pero quiero que sepas algo: el propósito no es una meta que se alcanza. Es un proceso continuo, un camino que se va abriendo a medida que caminamos, que nos invita a vivir con más coherencia y presencia en cada acción que tomamos.
No hay necesidad de apresurarse. No estás corriendo una carrera. El propósito se revela lentamente, en pequeños momentos de conciencia, en las decisiones diarias, en las pequeñas señales que nos dicen “esto es lo que me llena” o “esto es lo que me hace sentir más yo”. No tienes que tenerlo todo claro ahora mismo. Está bien no tener la respuesta definitiva. Cada paso, por pequeño que sea, es una parte importante de tu camino.
1. Escúchate con ternura
Conocer nuestro propósito comienza por escucharnos sin juicio. Nos hemos acostumbrado tanto a la prisa y a la exigencia, que a veces olvidamos cómo suena nuestra propia voz interior. ¿Qué te gustaría hacer si no tuvieras miedo? ¿Qué te gustaría sentir cada mañana al levantarte? Escuchar esas pequeñas intuiciones, esos deseos sutiles, es el primer paso hacia una vida más alineada. A veces, todo lo que necesitamos es un espacio para estar en silencio y permitir que esas respuestas surjan sin presiones.
2. Acoge tus miedos y creencias limitantes
Sé que, muchas veces, lo que nos detiene son los miedos. El miedo a lo incierto, a lo desconocido, al “fracaso”. Pero quiero que sepas que esos miedos no te definen, y tampoco son señales de que no seas capaz. Son solo parte del proceso, como nubes que pasan por el cielo. Aceptarlos sin juzgarlos te permite crear un espacio interno más sereno, donde tus decisiones pueden salir desde un lugar más auténtico y más pleno.
Es importante también cuestionar esas creencias limitantes que a menudo llevamos dentro. ¿Realmente necesitas un trabajo “perfecto” (perfección, que de por sí, no existe) o puedes empezar poco a poco, desde donde estás ahora? La liberación comienza cuando nos damos permiso para ser humanos, para dar pequeños pasos sin la necesidad de tener todo resuelto.
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3. Da pasos lentos, pero firmes
Al principio, puede parecer que dar un paso hacia el propósito implica una gran sacudida en nuestra vida. Pero no es así. No todo cambio tiene que ser radical o inmediato. Puede ser tan simple como cambiar cómo te sientes acerca de lo que haces cada día, empezar a incorporar pequeños gestos que reflejan lo que amas. Tal vez es tomar una clase de algo que te apasiona, o comenzar a hacer un voluntariado que te conecte con algo más grande. No subestimes esos pequeños pasos, porque son los que te llevarán hacia un camino más claro y más significativo.
4. Aprende a vivir con propósito en el aquí y ahora
Vivir con propósito no significa esperar a encontrar el “trabajo ideal” para ser feliz. La felicidad y la realización empiezan ahora, en este momento. El propósito no es un destino lejano, sino algo que se vive en el presente. Incluso si hoy tu trabajo no refleja todo lo que deseas, puedes encontrar maneras de alinear tus acciones con lo que amas. Tal vez sea la forma en que te relacionas con los demás, cómo contribuyes a tu entorno o cómo eliges estar presente en tu vida diaria. El propósito está en los detalles.
Conclusión: un viaje de autodescubrimiento, no de perfección
Tu camino hacia el propósito no necesita ser una línea recta, ni rápido. Es un viaje personal, único, que se va desarrollando con cada paso. No necesitas tener todas las respuestas ahora, ni todo en su lugar. Lo que sí necesitas es estar dispuesto a escucharte, a ser amable contigo mismo en el proceso y a confiar en que, con el tiempo, el propósito se irá mostrando con claridad. Recuerda, este es un viaje de autodescubrimiento, no de acertar. No te apresures. Todo lo que haces ahora es parte de lo que te llevará a una vida más alineada con tu ser profundo.


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