Imagina que un día te arrebatan eso que, aunque te hacía daño, sentías que te sostenía. Puede ser una sustancia, una relación, una rutina. Algo que te mantenía funcionando a medias, pero que de pronto ya no está.
Entonces el cuerpo empieza a protestar, fuerte. Y no solo con malestar: hablamos de confusión, miedo, temblores, y una sensación de que algo muy malo está por pasar.
De eso va el delirium tremens, una reacción extrema que puede aparecer cuando alguien con consumo crónico de alcohol deja de beber. Hoy vamos a hablar de eso con calma.
Primero lo primero: hablamos sobre la abstinencia
Cuando una persona que lleva mucho tiempo bebiendo alcohol en grandes cantidades deja de hacerlo, su cuerpo reacciona. A esto se le llama abstinencia. Y, ojo, no siempre es igual para todos. Puede ser más leve, con ansiedad, sudoración, insomnio o irritabilidad.
En los casos más graves, la abstinencia puede dar paso al delirium tremens, una condición mucho más intensa y peligrosa que no tiene nada que ver con una simple resaca o nerviosismo.
No hace falta meternos en demasiados tecnicismos para entender que esta reacción ocurre porque el cuerpo ya se había acostumbrado a funcionar con alcohol. Cuando este desaparece, el sistema nervioso se desajusta. Y ese desajuste, si es severo, puede poner en riesgo la vida. Por eso es importante saber de qué va el delirium tremens.
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Qué se sabe sobre el delirium tremens
El delirium tremens, conocido como DT, representa la manifestación más severa del síndrome de abstinencia alcohólica. Es una emergencia médica que no se puede tratar en casa ni dejar para después. Suele aparecer entre las 48 y 96 horas después de haber dejado de beber, aunque en algunas personas puede comenzar un poco antes o más tarde.
Se trata de un estado de confusión profunda con alteraciones en la conciencia, el ritmo cardíaco y la presión arterial. No es una exageración: puede haber alucinaciones, delirios, desorientación total, temblores intensos, fiebre, e incluso convulsiones. El cuerpo y la mente entran en un caos difícil de manejar sin apoyo médico.
¿Cómo se manifiesta?
Todo empieza con señales que podrían parecer parte de una abstinencia normal: ansiedad, sudoración, temblores, taquicardia, insomnio. Pero luego, en pocas horas, todo escala.
Las alucinaciones visuales suelen ser de lo más impactante, como ver figuras pequeñas que no existen o sentir que hay bichos en la piel. También hay confusión, pensamientos extraños, agitación extrema, y un estado general de miedo o pánico que no se puede controlar.
Factores de riesgo
Aunque no todos quienes dejan de beber desarrollan delirium tremens, hay factores que aumentan las probabilidades:
- Haber tenido DT antes.
- Beber grandes cantidades durante muchos años.
- Dejar el alcohol de golpe, sin preparación.
- Estar en mal estado físico o tener alguna enfermedad al mismo tiempo.
- Tener más de 40 o 50 años.
Y hay algo más: muchas veces, el DT no aparece solo porque alguien decide dejar de beber. A veces surge porque esa persona entra al hospital por otra causa y deja de consumir de golpe, sin planificación. Así de inesperado puede ser.
¿Qué dice la ciencia?
Aunque no se habla tanto de esto, hay estudios que dejan claro que el delirium tremens es una condición seria que no se puede dejar pasar.
Por ejemplo, una investigación publicada en la revista Addiction en 2022 siguió a más de 1,800 personas con historial de consumo fuerte de alcohol y vio que quienes habían pasado por un episodio de delirium tremens tenían más riesgo de morir al año siguiente que quienes solo tenían dependencia o síntomas leves de abstinencia.
También hay que mencionar que distintas revisiones muestran algo esperanzador: hoy en día, gracias a los avances médicos, el DT ya no es tan mortal como antes, aunque sigue siendo muy peligroso si no se trata a tiempo.
Todo esto lo que deja claro es que el delirium tremens no es solo una palabra rara en un informe médico, sino algo que la ciencia ha estudiado a fondo porque realmente pone en juego la salud de muchas personas. Por eso, detectarlo a tiempo y actuar con el tratamiento adecuado no es opcional, es necesario.
¿Por qué es tan peligroso?
El delirium tremens puede causar complicaciones graves. No solo por los síntomas mentales o emocionales, sino por cómo afecta físicamente al cuerpo. Las personas pueden tener convulsiones, fiebre alta, ritmo cardíaco acelerado y una presión arterial fuera de control. Todo eso puede provocar un colapso general del organismo.
Además, durante un episodio de DT, hay riesgo de sufrir caídas, accidentes o lesiones. Y si no se interviene a tiempo, pueden surgir infecciones, problemas respiratorios o fallos cardíacos. Por eso no se puede minimizar ni esperar a ver si se pasa solo. No lo hace.
¿Cómo se trata?
El tratamiento del delirium tremens no se improvisa. Se necesita hospitalización y personal médico que sepa manejar estas situaciones. El objetivo principal es estabilizar a la persona, proteger su vida y aliviar los síntomas de forma segura.
En la mayoría de los casos, se usan benzodiazepinas, que ayudan a calmar el sistema nervioso, reducir la agitación y prevenir convulsiones. La dosis no es estándar, se ajusta según cómo responda la persona. También se administran líquidos por vía intravenosa, vitaminas como la tiamina, y se corrigen los niveles de electrolitos para evitar otros problemas.
Durante todo el proceso, se monitorean constantemente los signos vitales. Esto no se trata solo de “bajar la fiebre” o “calmar los nervios”. Es una intervención médica completa.
Formas de evitar el delirium tremens
Prevenir el DT no es imposible, pero sí requiere tomar decisiones importantes. Lo más seguro es no dejar de beber por cuenta propia si ha habido un consumo alto y constante durante años. En estos casos, lo mejor es buscar apoyo médico o ingresar a un centro donde puedan guiar el proceso de desintoxicación de forma controlada.
Es importante reconocer hasta dónde ha llegado el consumo y buscar una evaluación médica antes de dejar el alcohol, especialmente si ha sido algo constante por mucho tiempo, ya que el cuerpo no se adapta de un día para otro, necesita tiempo y cuidados.


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